La estrategia nacional para consolidar puertos alternativos de acceso a los océanos Pacífico y Atlántico, en sustitución de Arica e Iquique, en Chile, comienza a mostrar resultados en favor del comercio nacional tanto de importación como de exportación.
De acuerdo con los datos de la Administración de Servicios Portuarios-Bolivia (ASP-B), con la llegada de 13 mil toneladas (t) de carga al puerto de Ilo, Perú, en julio con destino a Bolivia, se superó la meta anual de 60 mil t proyectada en este muelle de acceso al Pacífico, el cual ahora ya sobrepasa las 70 mil t con el reciente arribo de 10 mil t el viernes anterior, lo que hace prever que se alcanzará con facilidad las 100 mil t previstas por el Gobierno hasta diciembre.
Estas cifras, aunque aún corresponden a una etapa inicial, reflejan la acertada implementación de una estrategia nacional necesaria para la diversificación de puertos de salida alternativa al mar. Según la ASP-B, solo en 2018, Bolivia logró desviar 91.660 t de carga del puerto de Arica, volumen que con seguridad será mayor este año si se toma en cuenta el flujo comercial del país por la ruta hacia el Atlántico e Ilo.
A lo anterior se debe agregar el impulso que se decidió otorgar, mediante una alianza público-privada, a los puertos Jennefer, Aguirre y Gravetal, en la provincia Germán Busch, del departamento de Santa Cruz, sobre el canal Tamengo, que vincula con la Hidrovía Paraguay-Paraná, para acceder a los continentes europeo o asiático a través del Atlántico. Los tres muelles recibieron en octubre de 2018, por parte del Gobierno, los certificados de categoría internacional que amplían sus capacidades para encarar de mejor manera las tareas en el comercio exterior boliviano.
En ese marco, es destacable el trabajo de la Aduana boliviana, que en poco tiempo —y en línea con la estrategia estatal— otorgó el viernes al puerto Jennefer la Orden de Proceder para realizar operaciones de exportación e importación de mercancías en su calidad de Zona Primaria Aduanera. Este hecho es muy importante porque, entre otros aspectos, toda la carga que ingrese por este muelle será nacionalizada en el lugar, lo que representará para el empresario importador generar ahorro en tiempo y costos.
La Aduana tendrá presencia permanente en Jennefer, es decir que atenderá durante las 24 horas, lo cual también beneficiará a los puertos Aguirre y Gravetal.
Según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), un estudio elaborado por la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco) demostró que el uso del puerto alternativo Jennefer, de salida al océano Atlántico por la Hidrovía Paraguay-Paraná, le genera un ahorro económico al importador entre un 11% y 36% en comparación con el de Arica (Chile), y reduce —entre 5 y 20 días— el tiempo del transporte de la carga, dependiendo su origen.
El estudio nos muestra las ventajas que otorga la ruta alternativa al comercio boliviano y más aún si se toma en cuenta las potencialidades del puerto Jennefer que, según el IBCE, cuenta con la capacidad de atender alrededor de 5 millones de t de carga por año, mayor al total anual que ingresa por las terminales marítimas chilenas, que alcanza a 3,4 millones de t.
La administración de Jennefer informó que el puerto está equipado para atender todo tipo de mercancía y este año el objetivo es llegar a mover un millón de toneladas.
Para el Gobierno nacional, la estrategia de consolidar nuevas rutas alternativas va más allá con la determinación de fortalecer el puerto Busch, otro ambicioso proyecto que es encaminado en alianza con los empresarios privados, el cual será el principal punto de atraque de las navieras internacionales una vez que cuente con la infraestructura necesaria sobre la Hidrovía Paraguay-Paraná, y estará conectado con las terminales Jennefer, Aguirre y Gravetal.
Solo en 2018, Bolivia logró desviar 91.660 t de carga del puerto de Arica, volumen que con seguridad será mayor este año.
Fuente: Editorial periódico Cambio